2DO GOBIERNO DE MARIANO I. PRADO

Antes de iniciar este post, quisiera agradecer a mis amigos que me han hecho buenos comentarios del post anterior, presenciando de alguna manera los prolegómenos de la aciaga Guerra del Pacífico. Y eso haré en esta nueva entrega, un marco contextual de lo que sucedía entre el comienzo del gobierno de Mariano Ignacio Prado en agosto de 1876 y la declaratoria de guerra en abril de 1879.
Como presidente saliente Manuel Pardo no estuvo exento de gente que criticaba lo que había sido su gobierno, por lo que hubo algunas manifestaciones públicas en su contra. Por otro lado, Piérola seguía en “pie de guerra”, es decir en rebeldía y a los pocos meses de haber asumido Prado el nuevo gobierno, se le vio otra vez en Moquegua levantándose contra el gobierno con alrededor de 300 hombres, mal pertrechados.
El coronel La Cotera, ministro de Gobierno, fue enviado de Lima, tranquilizó la zona en octubre de 1876, derrotando al rebelde y agitador en Yacango (Torata) y una vez más Piérola regresó a refugiarse a Chile, situación que obligaba al gobierno peruano a hacerle un seguimiento en territorio chileno. Todo ello iba haciendo de la imagen del “Califa” no solo un rebelde, también un caudillo que se iba novelando a través de sus acciones.
En la misma línea de estos sucesos, el 6 de mayo de 1877, el monitor Huáscar[1], fue tomado en la rada del Callao, inicialmente por civiles que habían subido inadvertidamente a bordo, seguido luego por oficiales y marineros, que se declararon en rebeldía contra el gobierno de Prado y reconocían a Piérola como su líder.
El Huáscar, durante su navegación hacia el sur, al encuentro con barcos les solicitaba el correo que transportaban y en los puertos solicitaban carbón y víveres, por lo que cerca a Mollendo encontró a dos vapores ingleses, Santa Rosa y John Elder, a los cuales presionó para quitarles la correspondencia, ambos eran parte de la escuadrilla inglesa, surta en el Callao, cuyo jefe era el almirante A.M. de Horsey. Al conocer este incidente, el almirante inglés dispuso el envío dos buques de guerra para apresar al Huáscar (Vargas p. 250)
Piérola que se encontraba en Bolivia, pasó a Antofagasta y de ahí a Cobija, donde fue recogido por el Huáscar que había mantenido su travesía al sur. Al subir a bordo, Piérola izó la insignia presidencial en el mástil del buque, así como lanzó una proclama nacional sobre el evento que estaba sucediendo y su intención de derrocar al gobierno de Prado. (Vargas p. 251). El Huáscar enrumbó hacia el norte para cumplir la decisión de Piérola.
El 29 de mayo el Huáscar avistó a los dos buques ingleses en Pacocha (Ilo), eran de mayor tonelaje y con mas cañones que el monitor peruano. El almirante Horsey que estaba al mando de la flotilla envío a un oficial para que intimara al Huáscar para que arríe su bandera y se rinda por ser un buque pirata[2], así como por los actos de fuerza que había efectuado con los otros buques ingleses en Mollendo. La respuesta de Piérola y del capitán del buque fue negativa a la petición del almirante.
El 30 de mayo de 1877 se efectuó el Combate de Pacocha (Ilo), entre los dos buques ingleses y el Huáscar que empezó a las 2.30 pm. Un comentario relacionado es que dos prisioneros[3] políticos abordo del Huáscar solicitaron ser liberados para pelear como peruanos. El combate duró más de tres horas. Se produjeron algunos daños entre los buques, al atardecer el Huáscar pudo eludir a los ingleses por la neblina y previo un consejo de guerra, Piérola optó por rendirse ante la escuadra peruana, que estaba en Iquique al mando de Guillermo More, quién poco después renunciaría a su puesto por cuestionamientos al no haber apresado a los tripulantes del Huáscar (Ulloa, pg. 176). Otra vez Piérola regresó a Chile, no sin encandilar a sus seguidores por el combate naval en que había participado, adquiriendo mayor admiración en el imaginario popular.
Al tenerse noticias sobre el Combate de Pacocha en Lima, se produjeron manifestaciones patrióticas en homenaje al Huáscar y protesta contra la injerencia de las naves inglesas[4]. Asimismo, el 4 de junio estalló un motín en el Callao, liderado por los marinos Lizardo Montero y Aurelio García y García (civilistas) apoyados por la escuadra y la escuela de clases de Chorrillos[5] (Basadre, pg. 215). Fue por esta razón que los gobiernistas pensaban que Manuel Pardo formaba parte de esta rebelión, por lo que tuvo que asilarse en la legación francesa y luego viajar a Chile en junio de 1877.
En setiembre del mismo año se efectuaron elecciones congresales
complementarias
En uno de sus ingresos de Pardo al Congreso, el 16 de noviembre de 1878, el destacamento militar, como de costumbre, le hizo los honores como presidente del Senado, al momento de presentar las armas el sargento Melchor Montoya volteó hacia Pardo y le disparó con su rifle, atravesándole el pulmón izquierdo (Basadre pg. 222). El asesino huyó, pero fue atrapado[6], Pardo moriría después de una hora de agonía. Sus funerales fueron los que correspondían a un expresidente y dieron lugar a una manifestación multitudinaria sin precedentes. Fue muy lamentable su muerte, toda vez que falleció relativamente joven, pudiendo haber sido de gran utilidad para el país en los días difíciles que se avecinaban.
Como menciona Basadre, el regreso de Pardo de Chile, la alerta que trajo que Chile preparaba una guerra y su asesinato tuvieron un “carácter de agorero patetismo” en vísperas de una catástrofe que vendría al año siguiente. Podemos mencionar además que, pese a todas las investigaciones, no se llegó a determinar que hubiese otros autores intelectuales.
Según Basadre y Vargas Ugarte, los políticos de ese momento no tomaron en serio la alerta que había traído Pardo de Chile, donde había estado. Por cierto Chile en forma lenta con sus problemas iniciales con Bolivia, había avanzado, para esa época Chile: ya había ganado territorio boliviano pasando del paralelo 24 al 25 con el Tratado de Fronteras de 1874, el cual sería anulado a principios de 1879 por el famoso impuesto de 10 centavos[7] dispuesto por el presidente boliviano Daza y Chile a raíz de ese pretexto invadiría Antofagasta (Bolivia) en febrero de 1879. Por otro lado, los acorazados Cochrane y Blanco Encalada ya habían llegado en 1874 y 1876, respectivamente.
En la misma línea de tiempo Aníbal Pinto, abogado y político liberal había sido elegido presidente de Chile en 1876, cuyo mandato terminaría en setiembre 1881[8], mientras que el general Hilarión Daza en mayo de 1876 había asumido el gobierno de Bolivia, que terminaría en diciembre 1879[9]. En nuestro caso Prado nos abandonó en diciembre de 1879 y Piérola abandonó el palacio de gobierno después de la derrota de San Juan y Miraflores en enero de 1881 y a los pocos meses se marchó al extranjero.
Mientras que, entre 1873 y 1875, en Buenos Aires Manuel Irigoyen Arias y Guillermo Blest Gana sostenían una guerra particular, ambos ministros plenipotenciarios de Perú y Chile respectivamente, el uno para que el gobierno argentino se adhiera al Tratado Defensivo de Perú y Bolivia, el segundo para enterarse de que discutían a puerta cerrada en el congreso argentino. Según el diplomático peruano Huber Wieland, Blest Gana llegó a enterarse del contenido del aludido Tratado de Defensa y por indicaciones de su presidente Federico Errázuriz, que solo se le entregara a él.
[1] No estaba Miguel Grau al comando de esa nave, era el capitán de fragata Luis Germán Astete
[2] Términos en los cuales el gobierno de Prado había calificado a este buque por su insubordinación.
[3] El coronel Marcelino Valera, posteriormente sobreviviente de la Batalla de Arica y el teniente coronel Espinoza.
[4] Los tripulantes del Huáscar al llegar a Lima el 9 de julio fueron recibidos con aclamaciones y vítores por la población.
[5] Como consecuencia de estas manifestaciones, un poco descontroladas, hubo crisis ministerial y renunció el gabinete, había una suerte de crisis política. Fue nombrado el general Juan Buendía en la cartera de Gobierno e interino en la cartera de Guerra. Inmediatamente cortó los juicios a los tripulantes del Huáscar y a los revoltosos de Lima y Callao.
[6] Montoya sería fusilado el 22 setiembre de 1880.
[7] El acuerdo fronterizo entre Bolivia y Chile de 1874 estipulaba en una de sus partes que no habría ningún incremento de impuesto durante 25 años, lo que Bolivia incumplió al colocar dicho impuesto en 1879. Debo agregar que dicho acuerdo que establecía tranquilidad en dicha frontera se hizo bajo el conocimiento de Chile de las tratativas diplomáticas del Perú ante Argentina para integrar con Bolivia y Perú el Tratado Defensivo. (Wieland, pg. 380). En Argentina, lo aceptó Sarmiento, presidente de ese país y lo mismo la cámara de diputados, no así el senado, que fue dilatando su decisión hasta extinguirse, es decir no se llegó a aprobar.
[8] Pinto, se mantuvo en el gobierno chileno durante la campaña del Sur y la toma de Lima
[9] Daza fue depuesto por los bolivianos por su injustificada retirada de Camarones, lo que ocasionó la derrota del ejército aliado ante los chilenos en San Francisco.
BIBLIOGRAFÍA:
BASADRE, Jorge (2005) Historia de la república del Perú 1822-1933 Tomo VII. Ed. El Comercio. Lima
ULLOA, Alberto (1949) Don Nicólas de Piérola. Una época de la Historia del Perú. Imprenta Santa María. Lima
VARGAS U, Rubén (1971) Historia General del Perú. Tomo IX. Ed. Milla Bartres. Barcelona
WIELAND, Hubert (2018) El tratado secreto Perú - Bolivia y la trama diplomática de la Guerra del Pacífico en Tiempo de Guerra de Mc Evoy y Rabinovich (editores). Ed. IEP. Lima
Piérola y partidarios casi lograr perder al Huascar por obtusa ambición, buscaron incendiar la opinión pública. PD: el tratado de defensa, firmado por Bolivia y Perú, se debatió en Argentina, mientras Brasil exigió conocer logrando una copia del mismo; entonces secreto no fue. Muy buen artículo César
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