Muerte de San Roman y gobierno de Pezet

Mariscal San Román



















  






General Juan Antonio Pezet

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por: César Huertas

Deseo advertir que la cronología del relato es importante para comprender mejor estos sucesos que han sido poco difundidos en nuestra historia, aunque corro el riesgo de perder el ritmo de la intensidad del mismo.

Tal como mencionamos en la pasada entrega, el Mariscal San Román auspiciado por el Mariscal Castilla, salió elegido Presidente del Perú. Pese a que había tenido encuentros anteriormente contra Castilla y no olvidemos que fue uno de los principales actores de la derrota de Ingavi, al no participar en la batalla y volverse hacia Puno con la caballería. En realidad era un hombre que no tenía gran mérito para aspirar a ser presidente. Asumió sus funciones el 24 octubre 1862, lamentablemente, al poco tiempo de ejercer su mandato murió de una enfermedad, el 3 de abril de 1863. Su gobierno duró solamente cinco meses y nueve días.

Lo curioso de la situación de su muerte fue que ambos vicepresidentes estaban fuera de Lima y no había quien asumiera el cargo, el general Juan Antonio Pezet, primer vice presidente, se encontraba en Europa, por razones de salud, cuidándose de una enfermedad, mientras que el segundo vicepresidente, el general Pedro Diez Canseco se encontraba en Arequipa. En vista que no podía haber un vacío de poder, los generales mas antiguos propusieron al Mariscal Castilla, por ser el militar mas antiguo en el escalafón militar.

Fue en estas circunstancias que Ramón Castilla asumió el gobierno en forma interina, con cierta intranquilidad por parte de sus rivales políticos[1], sin embargo, a los pocos días asumió el mando el general Diez Canseco, quien estuvo a cargo del gobierno durante 4 meses, dado que Pezet aún se encontraba en Europa con su tratamiento médico. Y recién el 3 de agosto de 1863 asumió el gobierno el general Pezet, primer vicepresidente.

Mientras esto sucedía en el Perú, de España había salido el 10 de agosto de 1862, del Puerto de Cádiz una escuadra de buques[2] al mando del Contralmirante Luis Hernández Pinzón, denominada “Expedición Científica”, con destino a Sudamérica y México, se suponía que esa visita era, oficialmente, procurar un acercamiento y realizar estudios científicos. Venía con profesores de geología, zoología, botánica, antropología y etnografía, pero en realidad era una escuadra que venía con intenciones ocultas.

Ellos venían con la intención de imponer su presencia e influencia en las costas de sus ex colonias, para que sientan su superioridad intelectual y militar, así como presionar para cobrar sus deudas , en el caso peruano, toda vez que en una de las estipulaciones de la Capitulación de Ayacucho señalaba que el Perú reconocería "la deuda contraída por la Hacienda del Gobierno español en el territorio nacional". Por otro lado, proteger los bienes de sus conciudadanos y corregir las vejaciones que sufría España, donde se señalaba que el Perú era el más hostil de todos.

Y un fuerte provocador de exacerbar los reclamos fue el incidente que hubo en Talambo (Chiclayo) el 4 de agosto de 1863, entre unos trabajadores inmigrantes vascos (españoles) y los dirigentes de ese establecimiento, por causas laborales, lo que devino en una reyerta que originó la muerte de un trabajador y que 4 terminaran heridos. Incidente que caía dentro del juzgado local y las autoridades competentes de actos de dicha naturaleza, pero los hispanos aprovecharon en difundirlo para poder llevarlo a un conflicto diplomático que involucraría a las altas autoridades políticas del país.

Esta escuadra llegaría a Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, y posteriormente a Valparaíso el 5 de mayo de 1863, un mes después de la muerte de San Román. A su llegado al Callao (10 de julio), el Contralmirante Pinzón y sus oficiales fueron recibidos y agasajados por las autoridades limeñas, manteniendo Pezet una prudente distancia y desconfianza.

Los buques españoles estuvieron dos semanas en Lima y alrededores, luego partieron hacia el norte, continuando con su gira, poco antes de la celebración del 28 de julio, sin ningún altercado. Estos buques llegaron hasta California y a su retorno, siempre costeando, se establecieron en Acapulco, a principios de noviembre de 1863, donde se enteraron de los acontecimientos de la hacienda Talambo, así mismo se reunieron con Eusebio Salazar y Mazarredo, funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores de España, quien informado de la situación partió a España (Basadre p.202). Aumentando las noticias para que sean alarmistas.

Pinzón retornó al Callao el 13 de diciembre en su buque Resolución, y según Novo y Colson, cronista de la Expedición, en Junta de Guerra, se acordó tomar las islas de Chincha, como represalia por los sucesos de Talambo, en caso no reciban las disculpas del caso y las indemnizaciones correspondientes. 

En tanto, las autoridades españolas enviaron a Eusebio Salazar y Mazarredo[3] como Comisario Especial en el Perú y ministro (embajador) en Bolivia, quien llegó al Callao el 18 de marzo de 1864, para ver las satisfacciones que iba a recibir por parte del gobierno peruano. Es preciso mencionar que España había sido claro con Salazar, que no aplicaría la fuerza en ningún momento y su misión era la de negociar, lo que este personaje se lo ocultó a Pinzón. (Basadre, p. 206). Sin embargo, Salazar deseaba la violencia y humillar al Perú.

Eusebio Salazar y Mazarredo fue recibido por Juan Antonio Ribeyro, ministro de Relaciones Exteriores del Perú, quien no lo aceptó con ese nombramiento, en vista que ese título correspondía a embajadores de colonias de España, por lo que no hubo ninguna negociación. El tema fue empeorando hasta que Pinzón, tal como lo había planteado de antemano con sus oficiales, tomó las islas de Chincha (guaneras) el 14 de abril 1864, como represalias ante el gobierno peruano. Así mismo Pinzón y Salazar efectuaron un pronunciamiento escrito al gobierno peruano, donde justificaban la ocupación de las islas y las condiciones que pretendían para desocuparlas.

Surge pues, un enmarañamiento en las negociaciones entre mayo y octubre de 1864. Pezet había nombrado injcialmente a José Rufino Echenique ( el ex presidente culpable doloso del pago de la deuda interna) como negociador ante Pinzón y luego a José Antonio de Lavalle, (valioso diplomático que posteriormente también actuaría ante la guerra con Chile) sin llegar a acuerdos. Es importante señalar que Lavalle fue enviado por Pezet a negociar en forma extraoficial. (Revista, p. 212).

Pinzón se sintió ninguneado ante tal afrenta, algunos historiadores acusan a Pezet de no haber negociado, pero en el fondo el presidente peruano estaba esperando que llegara dos buques de guerra y artillería, en el primer caso se había encargado a Miguel Grau y en el segundo a Francisco Bolognesi.

El 22 de octubre el general (marino) José Manuel Pareja[4] remplazó a Pinzón, esta vez como comandante general de la escuadra del Pacífico y Ministro Plenipotenciario. Es en tales circunstancias que Pezet nombró a Manuel Ignacio de Vivanco ( si, es el mismo, némesis de Ramón Castilla) como negociador ante Pinzón, tratativas que duró algunos meses. Es así que el 27 de enero 1865 se llega a un acuerdo denominado el Tratado Vivanco-Pareja, por el cual el Perú tendría que pagar los gastos de operación de la escuadra y nombrar a un diplomático ante España para negociar la deuda económica que Perú tenía con ese país[5], además implicaba el reconocimiento de la independencia del Perú, que hasta esa fecha no lo había hecho[6]. Dicho tratado fue vituperado por la mayoría de los ciudadanos.

Aprovechando tal coyuntura política, el 24 de febrero del mismo año, el coronel Ignacio Prado, en Arequipa, se levantó en armas contra la decisión de Pezet. De esa ciudad se dirigió hacia Ayacucho y Junín con la finalidad de conseguir más hombres y dirigirse hacia Lima.

Una vez maduro el movimiento revolucionario, recién el 6 de noviembre 1865, las tropas de Prado marcharon hacía Lima y la toman por asalto, mientras Pezet con sus tropas esperaba combatirlas en otro lugar, como consecuencia de ello, a los dos días, Pezet, con la finalidad de evitar más derramamiento de sangre, renuncia a la presidencia y se exila en Inglaterra[7]



[1] Se voceaba que Castilla podría quedarse en el gobierno.

[2] La escuadra estaba conformada por las fragatas Resolución y Triunfo y de la goleta Vencedora, a las cuales debía unirse la goleta Covadonga, estacionada en el Río de la Plata

[3] Salazar, quien ya había estado en Lima, se encontraba en México, era funcionario de Relaciones Exteriores, él actuó ante su jefe para que le dieran tal nombramiento.

[4] Como dato curioso, Pareja había nacido en Lima en 1813, su padre Brigadier español, había partido 2 meses antes de su nacimiento para combatir a los independentistas de Chile, donde murió.

[5] La deuda económica era una acreditación que tenía el Perú con España que se firmó en la Capitulación de Ayacucho.

[6] Recién el 14 de agosto de 1879 se firmaría el Tratado de París, fue un acuerdo de paz y amistad entre el Reino de España y la República del Perú, por el que España reconocía la independencia peruana y se establecían relaciones diplomáticas entre ambos países.

[7] Pezet regresaría al Perú en 1871. Ironías de la vida, en 1879, el presidente Prado lo enviaría a buscar en Chorrillos para ofrecerle el cargo de Jefe del Ejército del Sur. Pezet, se negó, estaba mal de salud, a los pocos días falleció.

 

BIBLIOGRAFÍA:

BASADRE, Jorge (2005) Historia General del Perú 1823- 1833. Tomo V. Edic. El Comercio

CHAVEZ, Francis . El rol de la diplomacia peruana en el reconocimiento de la independencia del Perú por España. Revista Política Internacional. pp. 22-41


 


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