INVASIÓN DEL EJÉRCITO BOLIVIANO AL SUR DEL PERÚ


 Por : César Huertas

La muerte del General Agustín Gamarra en la Batalla de Ingavi[1] y la derrota del ejército peruano el 18 de noviembre de 1841 trajo dos consecuencias: La invasión del ejército boliviano a la zona sur del Perú y la “Anarquía Militar”, que lo veremos en la próxima entrega. En realidad, ambos sucesos se dieron simultáneamente, no obstante, asumió como encargado de la presidencia del Perú el Sr. Manuel Menéndez, jefe del Consejo de Estado, en un ambiente político bastante agitado.

Es así como, durante la presidencia de Menéndez se produjo la invasión del ejército boliviano a Puno, Tacna, Arica y Tarapacá. Esta ocupación se efectuó con la finalidad de asegurar los principales puertos del sur del Perú. De esta manera, el 9 de diciembre de 1841, un regimiento al mando del coronel Manuel Rodríguez Magariños ocupó Tacna, otro al mando del coronel Bernardo Rojas se estableció en Arica, y otra al mando del coronel José María García tomó control de Tarapacá, mientras las fuerzas del general José Ballivián, presidente de Bolivia, se establecieron en Moquegua y Puno.

Para desalojar a los invasores las autoridades y militares peruanos de esas localidades organizaron milicias que se enfrentaron a tropas bolivianas en 4 combates, de los cuales salieron triunfantes. El primero de ellos fue en las cercanías a Locumba, para este propósito el coronel Manuel de Mendiburu, prefecto de Moquegua, inició la lucha de guerrillas con montoneros. Este encuentro se produjo en Alto del Chipe cerca a Locumba, donde las partidas de guerrillas comandadas por el coronel Manuel Lavayen y el mayor Bautista Ramos se batieron con las tropas bolivianas del coronel Manuel Rodríguez Magariños, alcanzando una victoria. Estas mismas montoneras se apoderaron de la región de Sama, atacando con éxito a patrullas y destacamentos bolivianos. (Basadre, 2005 p. 230).

El siguiente combate se llevó a cabo en Tarapacá del 6 al 7 de enero 1842. Las milicias fueron organizadas en Iquique por el mayor Juan Buendía[1], éstas llegaron a Tarapacá el 6 de enero, al atardecer. El plan de Buendía era atacar a los bolivianos a medianoche para sorprenderlos y crear el caos entre ellos, de suerte que causaron pánico entre los invasores y se estableció un combate, que duró toda la noche.

Llegó un momento que se agotaron las municiones a las milicias peruanas, por lo que pensaron en replegarse, pero ocurrió algo inesperado, el cura de la iglesia trajo un niño Dios que era de plomo[2], el cual una vez fundido hicieron las balas con lo cual pudieron obtener una victoria y desalojar a los bolivianos de Tarapacá a las 7 am.

El tercer combate se efectuó en Motoni (Pucara- Puno) el 20 de marzo 20 de marzo del mismo año, los peruanos bajo el mando del coronel Rudecindo Beltrán y el mayor Juan Buendía lograron una victoria sobre los bolivianos, por lo que siguieron replegándose.

El último combate tuvo lugar en Orurillo, el 3 de abril de 1842, también en Puno, enfrentándose el capitán Mariano Macedo[3] (natural de Ayaviri) frente al coronel boliviano Zatizábal. En la tarde del 2 de abril los bolivianos habían llegado a Orurillo para pernoctar en ese lugar, por lo que Macedo decidió sorprenderlos de noche, al igual que en Tarapacá. Las fuerzas peruanas llegaron a 250 hombres[4] frente a 300 invasores, es así como, mediante toques, cornetas, bombardas cundió el pánico en la noche entre las fuerzas bolivianas, que fueron derrotadas. Los últimos sobrevivientes regresarían a su territorio. Al poco tiempo se firmaría el Tratado de Paz.

Estos hechos realmente son poco conocidos, donde particularmente milicianos al mando de algunos oficiales peruanos pudieron imponerse a tropas regulares bolivianas, aunque pudiéramos asegurar también que su derrota se debió a que tenían pocos efectivos en un gran territorio invadido.

El 7 de junio de 1842 se firmó el Tratado preliminar de paz y amistad entre Perú y Bolivia, en Puno, donde se reafirmaba el carácter soberano e independiente de ambos estados. Fue suscrito por los delegados del gobierno peruano Francisco J Mariátegui y José Seguin, por el lado boliviano Hilarión Fernández y Manuel Buitrago, interviniendo una legación mediadora por parte de Chile[1] integrada por Ventura Lavalle y Manuel Romero.

Más adelante se firmaría el Tratado de Paz y Comercio entre Perú y Bolivia, el 3 de noviembre de 1847.



 

[1] Como anécdota podemos comentar que el lugar donde se realizó la batalla era de propiedad de un cuzqueño de apellido Valenzuela, amigo y condiscípulo de Gamarra. Al final de la batalla sus propiedades fueron incendiadas.

[2] El mayor Buendía estaría a cargo del Ejército del Sur como General frente a las tropas chilenas en 1879 en las batallas de San Francisco y Tarapacá.

[3] Existe una tradición de Ricardo Palma que habla sobre este hecho denominado “Las balas de Dios”

[4] Macedo había sido enviado hacia Orurillo con solo 40 hombres por el coronel Beltrán para observar los movimientos del enemigo, poco después lo apoyaría el teniente coronel Pablo Pimentel con más hombres.

[5] Este refuerzo se produciría por el apoyo que hombre que recibió el capitán Macedo del teniente coronel Pablo Pimentel

 [6] Debemos que tener en cuenta que Chile había derrotado a la Confederación peruana- boliviana, pero Gamarra aún continuaba con sus deseos de anexar a Bolivia, por lo que Chile a través de esa mediación aseguraba que no se vuelvan a unir.

 

BIBLIOGRAFÍA:

BASADRE, Jorge (2005) Historia de la República del Perú. Tomo II. Editorial El Comercio


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