Campaña del ejército chileno sobre Tacna y Arica



 Por: César Huertas

Para situarnos en el tiempo, recordemos que el presidente Prado había salido de Arica con dirección al Callao el 26 de noviembre 1879, el día de la Batalla de San Francisco fue el 19 de noviembre, la Batalla de Tarapacá fue el 27 de noviembre. Es decir, después de San Francisco y antes de Tarapacá.

Prado a su salida dejó el mando del ejército del sur al Almirante Lizardo Montero; Prado llegó a Lima el 28 y partió al extranjero el 18 de diciembre (el mismo día que las tropas peruanas de Tarapacá entraron a Arica). Como ya se ha mencionado, Nicolás de Piérola[1] le dio un golpe de Estado el 21 de diciembre al general La Puerta, vicepresidente de Prado.

Golpe que duró algunos días, donde ofrecía el “oro y el moro” y el triunfo sobre las fuerzas chilenas, proclamando la unión de todos los peruanos sin la distinción de matices políticos. Cuando asumió el poder fue todo lo contrario, trajo al Estado desconfianzas y conspiraciones contra aquellos que no había sido de su entorno. “Antes de pensar en la guerra se dispuso a combatir a sus supuestos enemigos personales” (Basadre, 2005).

Alm. Lizardo Montero
Entre ellos se encontraba el Almirante Montero, quién era civilista del partido de Manuel Pardo (ex presidente del Perú), por lo que le restringió el mando que Prado le había dado, de jefe político y militar de Arequipa, Tacna y Arica, dejándole solo de jefe militar de Tacna y Arica[2]. Y aquí comienzan los problemas que me han impresionado negativamente a través de una serie de medidas. Piérola tenía dos temores frente a Montero, el primero que no lo reconociera como jefe Supremo, porque tenía las fuerzas beligerantes a su cargo y la segunda y mas grave, que tuviera éxito frente al ejército chileno.

Montero lo reconoció como jefe Supremo, pero Piérola desconfiaba de él e inició una guerra solapada contra Montero y su ejército. El mismo Vicuña Mackenna en una carta del 8 marzo de 1880 manifiesta “Montero y su ejército carece de todo: está desnudo, sin víveres; dinero tampoco tiene. Este titulado dictador (Piérola) no hace la guerra a los chilenos sino a Montero” (Vargas U. pg. 82). 

Los antecedentes a esta batalla aún son más espeluznantes de la desidia, dejadez y traición. En Lima se preparaban 15,000 hombres de los cuales se enviaría 8000 a Tacna y 4000 a Arequipa, el ministro de Defensa Manuel Gonzales de la Cotera había recibido la orden del presidente Prado de preparar combatientes para las necesidades del caso, hombres que llegando a pie hubieran llegado a tiempo antes de la batalla de Tacna. Ello en razón que no había otra posibilidad de transporte porque la armada chilena dominaba la costa peruana. Piérola no los envió (Caivano, 1882 p. 327)

También se había ordenado crear el 2° ejército del sur en Arequipa, el que no llegaría a apoyar a la defensa de Tacna ni Arica[3].

Tanto el ejército chileno como el ejército aliado no tenían previsto el lugar de encuentro. Una posibilidad de Chile fue atacar con su armada el Callao y presentar batalla en Lima, pero fue desechada, toda vez que no podían tener un enemigo en la retaguardia y subsistía la probabilidad que Bolivia envíe más efectivos a Tacna y Arica. Al fin decidieron colocarse en posición defensiva en Moquegua, luego cambiarían de opinión para dirigirse a Tacna y Arica[4]

Esta decisión fue del gobierno chileno : "La creencia de que conquistada esta zona y entregada a Bolivia, con el aditamiento de Moquegua, esta nación, agradecida se echaría en brazos de Chile, y formaría una muralla viva divisoria entre Chile y el Perú, Bolivia al aceptar la dádiva, rompería la alianza dejando al Perú arreglarse como pudiera"(Camacho, 1828 p. 18)

En el lado aliado veían como conveniencia posesionarse en la cortadura del río Sama, pero no les llegaba refuerzos ni reemplazos y la marcha sería penosa por los arenales. Al final optaron por establecerse en la meseta del cerro Intiorco a pocos kilómetros de la ciudad de Tacna, bajo el mando del general boliviano Nicolás Campero, presidente de Bolivia, que había llegado con refuerzos.

Los primeros movimientos lo realizó el ejército chileno con una avanzada que llegó a Ilo el 30 de diciembre, llegando a Moquegua sin oposición. Una expedición más completa llegó el 25 de febrero 1880 a Mollendo, saqueando y destruyendo Mollendo durante los días 9,10, 11 y 12 de marzo (Basadre 2005, p. 64). 

De manera análoga expresa el historiador chileno Francisco Machuca la proclama del coronel prefecto, que llegó a conocimiento del presidente Pinto: 

"Los chilenos se habían entregado a los excesos más abominables y desenfrenados; se había saqueado, violado a las mujeres, robado y maltratado a muchos nacionales y extranjeros, llegando al extremo, en su crápula brutal, de escarnecer y bailar en el templo, con las efigies de los santos, antes de hacerlos devorar por las llamas" (Machuca, p. 100)

Por otro lado, el gobierno de Piérola envió al antiguo coronel Andrés Gamarra[5] hacía Arequipa para que reclute hombres de Cuzco y Puno. Con esos hombres, entre 1500 y 1800, le ordenaron ocupar Moquegua. Siendo de conocimiento de los chilenos este desplazamiento, Escala envió al general Manuel Baquedano con 4366 hombres, incluyendo caballería y artillería, elementos de los cuales no disponía Gamarra, por lo que Gamarra evacuó Moquegua y toma posición defensiva en Los Angeles a 20 km del NE de Moquegua. Lugar que se caracterizaba por tener cumbres escarpadas de muy difícil acceso.

Gral. Manuel Baquedano.

En la madrugada del 22 de marzo Baquedano dispuso 3 columnas para atacar por tres lados dicha posición. La columna chilena del lado norte del Batallón Atacama pudo escalar el accidentado cerro durante la madrugada con éxito, por lo que se originó un combate en los tres frentes, después de 2 horas de sostenido enfrentamiento, Gamarra tuvo que retirar las fuerzas que le quedaban por la superioridad numérica y la artillería del enemigo habia Totara e Ilabaya. El enemigo se detuvo en Torata

Baquedano resultó fortalecido y prestigiado por esta victoria, tan así que después de este encuentro ante una desavenencia de Sotomayor, ministro de defensa con Escala, comandante en jefe, Baquedano asumió el puesto de Erasmo Escala[6]. A los pocos días Baquedano envió 3 grupos de jinetes de reconocimiento en 3 direcciones camino a Tacna.

Crl. Gregorio Albarracín
Uno de ellos, el 1° de abril, se enfrenta en Locumba a la caballería del coronel Gregorio Albarracín, “el centauro de la Vilcas”, quién también en misión de reconocimiento había sido enviado por Montero. Albarracín venció fácilmente al grupo de reconocimiento chileno, pues en ese momento tenía superioridad numérica por sus 150 hombres denominados los Flanqueadores de Tacna. 

El comandante chileno Vergara con 600, con afán de resarcir esa derrota hombres venció a Albarracín en el combate de Buena Vista, en Sama, el 18 de abril. Albarracín se replego a Tacna y continuó hostigando a las fuerzas que incursionaban, después combatiría en la Batalla de Tacna, y año medio después, el 2 de octubre de 1882, moriría junto con su hijo Rufino en una emboscada del enemigo en Chucatami (Tarata).


 

[1] Piérola político activista turbulento que había sido ministro de Hacienda y Comercio con José Balta (Contrato Dreyfus). Intentó derrocar tanto a Manuel Pardo como a Mariano Prado, oportunidad que tuvo cuando Prado se ausentó del país en plena guerra.

[2] Para su manejo político Piérola colocó como Prefectos en Arequipa y Tacna a dos hombres de su entorno que no dependían de Montero y en adelante le pondrían obstáculos para mejorar la defensa de Tacna.

 Este mismo ejército reforzado y armado por Montero y Campero no combatiría contra los chilenos el 22 de octubre de 1883, por lo que Arequipa fue ocupada sin un disparo.

[3] Maniobra realizada por Piérola para cercenar el mando de Montero, poniendo al mando de dicha división al general Beingolea y posteriormente al coronel Segundo Leiva, ambos del círculo del Dictador (Paz Soldan, 1884). Mas adelante Leiva mostraría en su comportamiento displicencia y felonía.

[4] Había una orden del presidente chileno de tomar Tacna y Arica para ofrecérselos a los bolivianos (Dellepiani, 1965, p. 182).

[5] Hijo mayor del primer matrimonio del Mariscal Agustín Gamarra, casado en el norte argentino cuando era oficial subalterno.

[6] Estas discrepancias entre Sotomayor y Escala ya se venían dando desde Pisagua. Erasmo Escala era un general antiguo que se había fogueado en la guerra contra los mapuches y no le hacía mucho caso a Sotomayor, quien era un político civil sin mayor conocimiento de operaciones bélicas.

 

BIBLIOGRAFÍA: 

BASADRE, Jorge (2005). Historia de la República del Perú. Tomo IX. El Comercio

CAIVANO, Tomasso (1882) Historia de la guerra de América entre Bolivia, Chile y Perú. Tipografía dell'arte della stampa. Florencia

DELLEPIANI, Carlos (1965). Historia Militar del Perú. Tomo II.

MACHUCA, Francisco (1928). La Guerra del Pacífico. Tomo II. Imprenta Victoria. Valparaíso

PAZ SOLDAN, Mariano (1884). Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia.

VARGAS U. Rubén (1971). Historia General del Perú. Tomo X. Milla Bartres

 


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