LOS TURBULENTOS INICIOS DE LA REPÚBLICA


 

Por: César Huertas

Comenzamos con una dicotomía en la forma como deberíamos gobernarnos, ser una monarquía constitucional, impulsada por San Martín [1] o constituir una república fomentada por los criollos liberales, imbuidos de la ilustración como Sánchez Carrión.

Desde su nacimiento como país independiente se nos impuso un modelo de gobierno republicano, que hubiera sido exitoso si hubiéramos sido una sociedad más igualitaria y cultivada. Así como con una Constitución liberal, basada sobre todo en la Constitución de Cádiz de 1812, de muy buenas intenciones, pero que no era apropiada a nuestra incipiente sociedad, que no tenía idea de la entelequia de la representatividad y democracia

Luego, con una Declaración de Independencia, que a la vista de muchos historiadores, fue prematura, toda vez que la élite limeña y criollos acaudalados no tenían ningún interés en participar o conducir la gesta emancipadora y lo mismo podría decirse de la plebe.

Sin embargo, es preciso mencionar que, no todos los peruanos eran ajenos a esta falta de preocupación, puesto que había habido rebeliones durante el siglo XVIII y en el siglo XIX en ciudades alejadas de la capital.

Del mismo modo, es necesario señalar que los grupos de patriotas del siglo XIX eran organizaciones aisladas, sin planes preconcebidos, no eran articulados. Es por este motivo que la ciudades y regiones se van independizando en diferentes fechas, muchas antes que Lima, en otras palabras hay varias independencías.

Al no tener confianza en San Martín en algún peruano capaz de liderar la nueva formación de un nuevo Estado, él asume esa función bajo el nombre de Protector del Perú, función que es dejada al año, luego de haber establecido las primeras instituciones del Estado tanto del Ejecutivo como del Legislativo, aparte de los símbolos nacionales. [2] (De la Puente, 1976)

Lima y alrededores vivieron un terrible caos entre la salida de San Martín y la llegada de Bolívar, estando de por medio el primer golpe de estado que colocó al primer presidente José de la Riva Agüero, tema del cual hemos hablado en anterior entrega.

Bolívar tomó la posta de San Martín, quien le dejó sus tropas rioplatenses, chilenas y peruanas. Desde su llegada Bolívar asumió una posición dictatorial que fue refrendada por el Congreso, quedando omitida la novísima Constitución.

Derrotadas las tropas realistas en Junín y Ayacucho, Bolívar continuó en el Perú con una Constitución Vitalicia hasta 1826, quedando encargado el país a Santa Cruz a la salida de Bolívar.

Y es aquí que comienza la anarquía que había presagiado San Martín. Gamarra, Santa Cruz, Gutiérrez la Fuente y otros militares se creían con derecho a llegar al poder. Así como también comienzan las intervenciones bélicas contra otros países recién formados. Es asi que Gamarra siendo prefecto del Cusco y comandante de las tropas del sur invade Bolivia para desalojar a los colombianos bajo el mando de Sucre, sin haber sido autorizado por el presidente La Mar.

En represalia a este suceso, Bolívar declaró la Guerra al Perú por la disputa de los territorios de Jaén y Maynas (y también por el desalojo de Sucre de Bolivia). La Mar  combatió contra Sucre en Portete de Tarqui (Cuenca), “secundado” por Gamarra, quien llega “tarde” en su apoyo (Vargas, 1971).

Con un resultado incierto, La Mar se retira a Piura para reagrupar las tropas, donde es apresado por Gamarra, quien lo culpa por la derrota, lo declara “extranjero” por haber nacido en Cuenca, y lo destituye, y lo mismo hace Gutiérrez de la Fuente con el vicepresidente en Lima. Dos años después moriría La Mar exilado en Costa Rica.

Así comienza nuestra historia, con traiciones, oportunismos e intereses personales. Gamarra, presidente de facto, luego es elegido presidente [4]. Al término de su período desea dejar al general Bermúdez como su sucesor, pero el Congreso eligió al General Orbegoso y se arma una guerra civil. A rio revuelto, ganancia de pescadores, por lo que interviene Santa Cruz, que ya era presidente en Bolivia y Felipe Salaverry, quien se subleva contra Orbegoso.

Al final triunfa Santa Cruz, con el apoyo de Orbegoso, y forma la Confederación Peruano-boliviana, la que es atacada desde un inicio por rioplatenses (argentinos) y chilenos apoyados por peruanos: Gamarra, Gutiérrez la Fuente, Ignacio Vivanco, Ramón Castilla, Pardo y Aliaga, que invaden territorio peruano en dos expediciones en forma secuencial, la primera en Arequipa y la segunda en Lima. Al final, las tropas de Santa Cruz son derrotadas por los chilenos con apoyo peruano en Yungay (Ancash).

Gamarra es nuevamente presidente por el Congreso de Huancayo e invade por segunda vez Bolivia en busca de Santa Cruz. Esta vez es derrotado y muerto en la Batalla de Ingavi (18nov1841), a su muerte se produjo la “Anarquía Militar

Antes de pasar a esa etapa, creo conveniente trascribir lo que mencionó en sus memorias José de la Riva Agüero, bajo el seudónimo de Pruvonena

“… La Fuente traicionó a Riva Agüero en Trujillo… Torre Tagle traicionó a Bolívar y se pasó a los españoles… Gamarra traicionó al General La Mar… al mismo tiempo que La Fuente depuso al Sr. Vistaflorida en Lima… Bermúdez se revolucionó contra Orbegoso en 1834 y el mismo año Echenique, Allende y Medina urdieron su trama contra Bermúdez y lo depusieron en Maquinguayo. Orbegoso y Nieto traicionaron a Santa Cruz.. Vivanco en su regeneración traicionó a Gamarra, y San Ramón traicionó a Vivanco… El general Castilla a fines del mismo año de 1842, estando oculto en la capital, conspiro contra Vidal y La Fuente y no pudo llevar a cabo su revolución” (Hernández, 2019 p. 220)

Riva Agüero falleció en Lima el año 1858, pero si hubiera vivido muchos años más esta lista sería mucho más larga.

Volvamos ahora a lo que sucedió después de la muerte de Gamarra en Ingavi (nov 1841), pues había nada menos que 9 aspirantes que se creían con derecho a ser presidentes, parte de ellos lo fueron en breve tiempo, pero lo fueron.

Manuel Menéndez, Juan Crisóstomo Torrico, Juan Francisco de Vidal, Justo Figuerola, Manuel Ignacio de Vivanco, y Ramón Castilla en 1845, donde adquiere cierta estabilidad el país, luego Echenique, nuevamente Castilla, San Román y Pezet en 1863, Ignacio Prado en nov 1865 [5]. Se podría decir que, hasta la Guerra con Chile en 1879, las elecciones siguientes son de carácter “normal”, salvo el asesinato de dos presidentes José Balta y Manuel Pardo.

Con Prado reelegido nuevamente el 2 de agosto 1876, sucede la infausta guerra con Chile, con la pérdida de hombres, territorios, recursos económicos, bélicos y un país totalmente empobrecido. Mención aparte merece señalar que el presidente Prado salió del país el 18 diciembre de 1879, con el propósito de comprar armas en el extranjero para la guerra y no regresó hasta 1887.

Ese es el comienzo de nuestra república. Me preguntó ¿será el comienzo de nuestros males? ¿Estaremos cargando hasta ahora con la culpa de nuestros antepasados? ¿Llegaremos a tener una sociedad mas virtuosa?

 

[1] San Martín, pese a creer en la república, consideró que los países recién independizados, y particularmente el Perú, no podían tomar como régimen de gobierno una república, prediciendo la anarquía, caos u guerras civiles. (Huertas, 2022)

[2] La obra de San Martín como constructor del nuevo Estado es poco difundida. (De la Puente, 1976)

[3] Según Jorge Basadre “la revolución fue incompleta, no cambio la parte social”.

[4] Gamarra fue elegido presidente, estableciendo un régimen autoritario y conservador y Gutiérrez de la Fuente, vicepresidente.  

[5] Para no ser extenso en este párrafo, en realidad los signos coma (,) implican derrotado por el que sigue, en casi todos los casos.

 

BIBLIOGRAFÍA

Basadre, J. (1930). Iniciación de la Republica.Tomo I.

De la Puente, J. (1976). Obra Gubernativa y Epistolario de San Martín (tomo XIII. Colección Documentaria de la Independencia del Perú, Ed.).

Hernández, E. (2019). José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete (Instituto Riva Agüero, Ed.; 1a ed.). Fondo Editorial del Congreso.

Huertas, C. (2022). ¿Monarquía en el Perú Independiente?

           https://www.academia.edu/88547124/Monarqu%C3%ADa_en_el_Per%C3%BA_Independiente             

Vargas, R. (1971). Historia general del Perú (2da ed.) Tomo VII. Carlos Milla Bartres.

 

 

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